Las mujeres somos cíclicas. Cada 28 días (día más, día menos) las fases de nuestro ciclo hormonal y menstrual nos llevan a entrar en una crisis vital, un ciclo de vida-muerte constante. Nuestra naturaleza es sabia. Aunque cuando la mujer entra en la menopausia porque es un trabajo que de todas formas sigue a nivel energético, nuestra predisposición biológica nos entrena a sobrevivir durante las 4 estaciones de nuestro ciclo hasta terminar en un “fincipio”, que es toda una bendición. Un fincipio que nos enseña que esa muerte física es una catarsis pura, una lección para aprender a soltar, a desprendernos de lo antiguo para hacer espacio a lo nuevo. A través de la menstruación soltamos todo lo que ya no necesitamos, nos purificamos para poder volver a renacer y empezar un nuevo ciclo vital, que está repleto de infinitas posibilidades y sobre todo del milagro de la creación. Una creación que no hay que entender exclusivamente como creación de otra vida sino creación de proyectos, de trabajos, de viajes, de sueños, etc…
En los últimos meses en los que no he estado presente en este blog y en mis RRSS, he estado en un fincipio permanente. Mi situación familiar ha sido tocada por algo importante y delicado que ha requerido toda mi presencia y mi energía creadora. He sentido que era el momento de estar adentro acompañando a mi pareja y mi familia con todo lo que mi sagrado femenino como mujer y como profesional podía aportar.
Los fincipios pueden ser muy largos porque como todo proceso de transformación requieren tiempo, paciencia, presencia y mucho Amor. Mi familia y yo aún estamos en ello lo mejor que podemos y sabemos, pero mi energía creadora ha vuelto a encontrar su fuego sagrado en otras tierras también. Tierras muy fértiles y que estoy intentando cuidar con todo el Amor, la atención y la profesionalidad que puedo desde mi esencia y mis conocimientos.
Como hace unos días me cantaba mi amiga Gema con su voz tan bonita y dulce, “tengo tanto que contarte…”. He vuelto a Madrid. He vuelto a dar clase en la Universidad. Estoy trabajando con un grupo estupendos de compañer@s en unos programas para la calma, la gestión del estrés y la regulación emocional de futuros profesionales pertenecientes a varios ámbitos. He empezado a pasar consulta, tanto presencial como online. Acompaño a las mujeres en su camino de vuelta a sí mismas. ¿Qué les ofrezco? Acompañamiento natural, integrativo y holístico de su cuerpo físico, su mente, sus emociones y su alma en el día a día en situaciones de enfermedades crónicas, dolencias, inflamación, estrés, depresión, ansiedad y mucho más. ¿Qué herramientas pongo al servicio de estas mujeres? Les acompaño a través del coaching transformacional y energético, del mindfulness y de la autocompasión, de la sanación pránica, de la lectura de los Registros Akáshicos, de la aromaterapia con los estupendos aceites esenciales de Young Living y del cuidado natural integrativo (pronto también con medicina china ya que en ello me estoy formando entre varias cosas).
¿Por qué te cuento todo esto? Porque soy mi comunidad de seres querid@s y lind@s y creo que necesitáis saber qué hay detrás de este silencio. Otra razón fundamental es que, aunque trabaje principalmente con mujeres, mi consulta está abierta a todas aquellas personas que por dolencias, enfermedades, malestares o simplemente por Amor propio y deseo de cuidar de sí mismas estén buscando formas holísticas, integrativas, que abracen todos los aspectos de nuestro ser y que se complementen e integren con los cuidados a los que ya estamos acostumbrados por la medicina y la psicología occidental. Te invito a compartir todo esto con todas aquellas personas que sientes o piensas que puedan necesitar este tipo de cuidado y te invito directamente a que lo pruebes tú. ¡Te espero en mis consultas presencialmente si estás en Madrid u online si vives más lejos!
Para celebrar este fincipio me nace compartirte una meditación sobre el dar y recibir empatía y compasión que he creado para mis estudiantes en la universidad. La comparto con tod@s Vds porque a pesar de mi silencio han seguido aquí sosteniendo un espacio cálido para mí y para tod@s de pura presencia y Amor. Y a veces “simplemente” de esto se trata: estar para el otro y abrirse a dar y recibir la presencia cálida y compasiva de los demás. Te regalo esta práctica como símbolo de gratitud desde mi corazón al tuyo.
Un cálido abrazo lleno de presencia,
Melania
“Cuando una mujer se mueve, todas avanzan. Cuando una mujer sana, todas sanan."✨
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