Querid@:
Si te hubieses perdido la práctica mindfulness del viernes 10 de junio, te invito a ver el vídeo completo en uno de nuestros canales BYENDO Instagram, Facebook o YouTube o a escuchar el podcast que aquí te comparto.
Tras una semana bastante intensa de formación, trabajo y acontecimientos familiares, he pensado compartir contigo una práctica de autocompasión. ¿Qué es la compasión? Contrariamente a lo que se piensa, la compasión no es ni pena ni compadecimiento, ni para los demás, ni para nosotros mismos. La compasión es esa bondad amorosa a la que recurrimos para prevenir o aliviar el sufrimiento propio o ajeno.
El dolor es inevitable. La vida no es un cuento de hada y nos regala momentos que pueden ser muy duros y difíciles de sobrellevar. Y esto a lo largo del tiempo nos genera sufrimiento. Sin embargo, el sufrimiento es una elección. Esto no quiere decir que lo elegimos nosotros o es nuestra culpa si estamos mal, pero sí decidimos nosotros que hacer con este dolor. Si quedarnos atrapados en esa espiral de dolor-sufrimiento, añadiendo ácido a la herida o sostener y aliviar la herida con el bálsamo de la compasión.
Añadimos ácido a la herida provocada por el dolor todas las veces que somos duros, inflexibles, autoexigentes, rígidos, nos castigamos, sentimos culpabilidad o vergüenza o todo tipo de respuesta que nos lleve a una contracción del cuerpo físico, mental y emocional. Añadimos compasión todas las veces que somos capaces de reconocer lo que nos está pasando, lo que experimentamos y sentimos, observándolo sin juicio y asperidades (mindfulness) porque si no reconocemos, no podemos saber lo que necesitamos; somos capaces de reconocer que lo que nos duele y estamos experimentando, aunque con diferentes matices y formas, pueden estar experimentándolo también los demás y que entonces no estamos sol@s, sino que somos parte de un círculo de sostén humano (humanidad compartida); y finalmente somos capaces de sostenernos con amor donándonos lo que necesitamos en ese momento (bondad-amorosa).
Te comparto la práctica de “Una pequeña pausa de autocompasión”, que suelo enseñar durante mis programas de 8 semanas de mindfulness y autocompasión. Que puedas recurrir a ella todas las veces que lo necesites y lo sientas.
De mi corazón al tuyo.
Con mucho cariño,
Melania de BYENDO
Cuando una mujer se mueve, todas avanzan. Cuando una mujer sana, todas sanan."✨
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